Para entender lo que supuso el culto a Melkart es conveniente conocer algunos de los aspectos de esta deidad.
Etimología.- Melkart significa “Rey de la ciudad”.
Nacimiento del culto a Melkart.- Se le atribuye a Hiram I de Tiro. El fue quien instituyó su fiesta anual que se celebraba en primavera. Durante la misma se ofrecía una víctima humana que debía ser quemada, como fue Melkart, receptor de la oblación. Esta fiesta debía tener lugar ante su tumba de Tiro, no pudiendo acudir extranjeros. Cada cinco años se celebraba otra ceremonia más grandiosa, en la que se celebraban certámenes en honor a la deidad.
Mitología de Melkart.- A Melkart se le consideró fundador de Tiro y descubridor de la industria de la púrpura, la más importante de aquella ciudad. Este dios padeció una pasión, tras la cual tuvo una muerte ritual en su ciudad de Tiro, donde pereció abrasado. Debido a esto se le llamó también “fuego del cielo”.
Diversos aspectos sobre el culto.- Se creía en la presencia directa y permanente de los dioses en la vida cotidiana, y había una certeza de que una intervención divina podía cambiar milagrosamente el curso de cualquier acontecimiento. Por ello, era imprescindible la consulta permanente, la plegaria, el sacrificio, etc. A todo ello se dedicaban los sacerdotes y el templo o casa del dios debía tener una infraestructura para mantener la actividad permanente de sacrificios. Por su mediación y asesoramiento tenían una fuente de ingresos con los que controlar los asuntos económicos. El orante se sentía estrechamente unido a sus dioses, lo que extendió su protectorado a donde llegaban sus empresas marítimas en tierras extranjeras.
El carácter del culto era típicamente semita: las mujeres tenían prohibido el acceso a los santuarios, sacrificaban cerdos, no había imágenes y había un fuego perenne. Aunque se conservara lo esencial del rito semita, las influencias exteriores y el proceso de asimilación debió ser determinante en algunos aspectos del culto, por ello se fueron introduciendo las imágenes figuradas a la manera griega y latina.
Entidad agraria.- La concepción de muerte por cremación y resurgir, le dio en principio a Melkart un carácter solar. Después se le relacionó con los ciclos del campo y el mundo vegetal, lo que daba ese carácter eterno de retorno y vuelta a la vida. Esto último se aprecia en la recreación anual de la naturaleza en la primavera, seguida por su muerte debido al abrasador fuego de verano.
Patronazgo sobre la navegación.- Su concepción agrícola quedó eclipsada por las proezas marítimas y su nuevo patronazgo sobre el mar. Esta vinculación con el mar aparece citada por Estrabón cuando narra la tradición entre los navegantes de ir a Heracleion cuando finalizaban las navegaciones para sacrificar en acción de gracias, o en el texto de Avieno donde describe las múltiples aras dedicadas a Hércules en el Estrecho.
Otros patronazgos.- La nueva situación comercial-colonizadora hizo que Melkart, además de su patronazgo sobre el mar fuese el protector de todo lo que en torno a él se movía: mercaderes, traficantes, comerciantes, artesanos y hasta la fertilidad.
Expansión del culto a Melkart por el Mediterráneo y el Atlántico.- Las influencias políticas, económicas y religiosas que el santuario de Melkart en Tiro ejerció sobre las expediciones coloniales, hizo que los navegantes difundieran su mito por todas las tierras donde iban, tanto en la cuenca Mediterránea como en la Atlántica. Sobre el santuario de Melkart en Tharsos, nos cuenta algo Heródoto al relatar la fundación del mismo en el Egeo Septentrional. En Cartago se encuentra Melkart formando triada con Astarté (su esposa) y Eshmun. En el Atlántico se encuentran los relatos de las fundaciones más antiguas de esa zona: Lixus y Gadir, donde sus santuarios competían en antigüedad. También existen documentos que acreditan que la isla de Saltés (Huelva) estaba consagrada a Hércules.